DEL DESARROLLO INFANTIL
En este pequeño artículo pretendemos ofrecer una serie de indicaciones que pueden ayudar a potenciar a que el aprendizaje de sus hijos sea más satisfactorio y rico.
En el desarrollo del niño, la primera infancia es la etapa fundamental para favorecer el crecimiento mental, emocional y social. Los estudios demuestran que los primeros años de vida son decisivos y cruciales para el desarrollo de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social. Hemos de ofrecerle varias experiencias de aprendizaje que permitan la adquisición de hábitos, conductas y habilidades para su desempeño en la vida futura.
Otro factor importante a tener en cuenta es el desarrollo de nuestro cerebro.
Se lleva a cabo en los primeros años, particularmente entre los 0-3 años. Nuestro cerebro empieza a funcionar antes de estar terminado. Los padres somos los primeros y más influyentes estimuladores del cerebro de nuestros hijos. Por ello, la infancia es un período importante para ello, siendo evidente que los estímulos y la emotividad del entorno influirán decisivamente en dicho desarrollo.
Cada niño es único y se desarrollará a su propio ritmo de adaptación personal, que hay que respetar. Mientras los pequeños evolucionan, necesitan diferentes tipos de estimulación e interacción para ejercitar sus habilidades y desarrollar otras nuevas. A cada edad, es esencial responder a las necesidades evolutivas de cada uno.
El juego es esencial en los niños, una vía de aprendizaje fabulosa. Les ofrece la estimulación necesaria y les ayuda al máximo en su potencial. Los primeros maestros de los niños son los padres. Aprenden primero en el hogar y por imitación. El juego es el trabajo y la tarea principal de los niños: a través de él expresan sus emociones, exploran, investigan, manipulan… en definitiva, aprenden y se desarrollan. Todos los juegos han de ser apropiados a cada edad, características y capacidades del niño.
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